domingo, 22 de julio de 2012

Una nueva mirada a la realidad de la inmigración, que no es un “problema” sino que sigue siendo una oportunidad





1. El objeto de esta nueva entrada del blog es analizar los últimos datos disponibles sobre inmigración. Tenía previsto realizar este análisis hace ya un cierto tiempo, con ocasión de la publicación por parte de la Comisión Europea del III Informeanual sobre inmigración y asilo (2011), pero diversas circunstancias vinculadas al trabajo académico me lo han impedido. Además, las declaraciones delPresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE)J. Rosell sobre el “problema” de la inmigración, ciertamente sorprendentes, por decirlo de forma suave, por venir de una persona que conoce sobradamente el interés de las empresas españolas por incorporar inmigrantes en el período 2002-2008, me animan también a avanzar en esta reflexión. El Sr. Rosell dijo lo siguiente: "Hace unos años, en España teníamos un paro del 8% y los empresarios intentábamos contratar trabajadores y prácticamente no teníamos oportunidades de contratar. Entonces abrimos las puertas al exterior y durante una serie de años entraban en España cada año alrededor de 500.000 ó 600.000 no nativos. Eso fue un problema y hoy, visto en perspectiva, se ve claramente". Desde luego comparto la crítica, prudente en las formas y muy clara en el fondo de la Secretaria de Empleo y Migraciones de Comisiones Obrerasa esas declaraciones, pidiendo “una llamada a la coherencia y a la responsabilidad en ámbito sensibles como es el de la inmigración, y especialmente en personas y organizaciones con proyección y responsabilidad social, evitando discursos poco reflexivos que fomenten la aparición de prejuicios o estereotipos que – además de falsos e injustos - pueden generar consecuencias indeseadas (racismo, xenofobia…) en un contexto social y laboral crítico como el actual”.

2. La Comisión Europea ha publicado el III Informe anual sobre inmigración y asilo,correspondiente al año 2011, año que es calificado en la introducción del texto como “importante para la UE en muchos aspectos, con un impacto considerable en la política de inmigración”, resaltándose la necesidad cada vez mayor de “una política de  migración de la UE coherente y equilibrada a la vez que dinámica, para responder a las necesidades a corto plazo y estratégica, con una óptica de largo plazo”. El mejor conocimiento de la realidad de la inmigración ha de servir para dar debida respuesta a los estereotipos y a las actitudes negativas ante la inmigración, ya que no puede olvidarse, y me parece importante que lo destaque la Comisión, “la contribución positiva que supone la migración y que deberá seguir suponiendo para que la UE crezca y prospere”, y que la migración ha formado parte, y lo seguirá formando, de la realidad política, económica, social y cultural europea.  

A) Recuerdo con brevedad algunos datos destacados de los dos informes anteriores. Del primerinforme anual, de 2009, elaborado en virtud de lo dispuesto en el pacto europeo de inmigración y asilo suscrito en 2008, hay que destacar algunas cifras significativas: en el año anterior se expidieron 1,62 millones de primeros permisos de residencia, de los que 35 % fueron por razones de migración familiar, 33 % por empleo remunerado, 14 % por estudios, y el resto por diversas razones (protección humanitaria, residencia sin derecho a trabajar, etc.). Otros datos que conviene resaltar es el de 608.000 decisiones de expulsión, de las que 241.000 fueron ejecutadas.

Del segundo informe deseo destacar también algunos datos estadísticos que nos sirvan para entender mejor, sin falsos estereotipos, la realidad de la inmigración en la UE, un territorio que en 2010 tenía casi 501 millones de habitantes, de la que no más del 4 %, 20,1 millones, eran ciudadanos de terceros países (siendo mayoría los ciudadanos de Marruecos y de Albania). Pues bien, según datos de EUROSTAT de 2009, la emigración ha sido “el principal motor de la evolución demográfica de la UE, ya que las 857.000 personas que pueden considerarse inmigración neta representaban el 63 % del crecimiento demográfico total durante este año. En el año anterior se expidieron cerca de dos millones de permisos de residencia, de los que el 27 % fueron por razones de migración familiar, 24 % por empleo remunerado, 22 % por estudios, y el resto por diversas razones (protección humanitaria, residencia sin derecho a trabajar, etc.).

En el informe de 2010 se constata que una política de inmigración legal y de integración bien organizada, con el fundamento jurídico del Tratado de Funcionamiento de la UE y de acuerdo al programa de Estocolmo, “debe jugar un papel central garantizando la competitividad de la UE a largo plazo, y también de su modelo social”, informando de la publicación por parte de la Comisión en 2012 de un libro verde sobre cómo cubrir las carencias de mano de obra en los Estados de la UE por la inmigración, pidiendo un mejor (yo más bien diría que más rápido) reconocimiento de las competencias y cualificaciones profesionales obtenidas en los países de origen o de tránsito, y facilitando la movilidad geográfica de tal manera que un trabajador extracomunitario puede trasladarse a otro Estado miembro, con respeto al derecho de residencia en el primer país de acogida.

B) El tercer Informepasa, lógicamente, revista a la conflictividad política y social en varios países del norte de África, así como la presión que sufre Europa por la llegada de inmigrantes en situación irregular a través de la frontera turco-griega (más de 55.000 detenciones en 2011, un 17 % superior a la cifra de 2010) y por la de personas solicitantes de asilo (entre las que hay que mencionar a los menores, un total 11,800 en 2011, cifra superior a los 10.700 de 2.010), y concluye que la presión migratoria que sufre la UE “no tiene visos de amainar en el futuro”, por lo que llama a una seria reflexión sobre cómo abordar este reto (cabe destacar que el pasado año se expidieron 12,7 millones de visados Schengen, es decir aquellos que permiten a su titular permanecer en la UE hasta tres meses en un período semestral), al mismo tiempo que constata que esta difícil situación no he de impedir en modo alguno “disponer, a la vez, de mecanismos de entrada eficientes que permitan una migración ordenada y controlada”, algo que pasa también por disponer de una gestión eficaz de las fronteras exteriores de la UE. De ahí que el Informe destaque la presentación de una propuesta de creación del llamado EUROSUR, un sistema europeo de vigilancia de fronteras que permitiría reforzar la vigilancia de las fronteras exteriores de Schengen, “especialmente las fronteras marítimas meridionales y las fronteras continentales orientales a partir de 2013”.  

El control de la migración irregular no se conseguirá sin la participación activa de los gobiernos de los terceros países de los que proviene la mayor parte de ella, y de ahí que la Comisión insista en la necesidad de acuerdos entre la UE y dichos Estados, pidiéndoles o exigiéndoles que mejoren sus tareas de control y “ofreciéndoles incentivos y recompensas más sustanciosos por su cooperación y mediante negociaciones y asociaciones en las que se aborden todos los aspectos de la gestión migratoria”. En esta línea, el Consejo Europeo celebrado en Bruselas los días 28 y 29 de junio ha destacado la importancia de intensificar la cooperación con terceros países, en un marco en el que ha de tener especial importancia “la solidaridad y la cooperación en la gestión de las fronteras exteriores, el asilo y la lucha contra la inmigración ilegal”.

El interés del Informe, al igual que los anteriores de 2009 y 2010, radica en buena medida en el conocimiento de los datos estadísticos más cercanos en el tiempo sobre la realidad de la inmigración, una realidad que se ha visto sensiblemente alterada desde el inicio de la crisis. A modo de síntesis, cabe destacar que a escala mundial se calcula la existencia de 214 millones de inmigrantes (3,1 % de la población total). En el  territorio de la Unión Europeo, a 1 de enero de 2011 había 20,2 millones de nacionales de terceros países y 12,3 millones de ciudadanos de algún Estado de la UE que vivían en otro Estado miembro (4 y 2,5 %, respectivamente, del total de la población de la UE, 502,5 millones), con destacada presencia de la población turca, marroquí y albanesa (2,4, 1,8 y 1 millón, respectivamente). Más del 75 % de lapoblación extranjera residente en la UE se concentra en cinco países: Alemania,España, Italia, reino Unido y Francia, y en siete Estados el porcentaje de la población extranjera supera el 10 % (Luxemburgo, Chipre, Letonia, Estonia, España, Austria y Bélgica).

En cuanto a los permisos de primera residencia para ciudadanos de terceros países, cerca de 2,5 millones en 2010, sigue ocupando, pero por muy poco, el primer lugar, el permiso para actividades remuneradas (32,5 % del total), seguido muy de cerca por el concedido por razones familiares (30,2 %), y a mayor distancia, pero siendo también porcentajes importantes, los concedidos por permiso de estudios (20,6 %), y por otros motivos como protección, residencia sin permiso de trabajo, etc. (17 %). La presencia de ciudadanos de India y China es muy importante (200.000 y 172.000), aunque el primer lugar lo ocupa EE UU con 212.000.

El documento enfatiza, al igual que lo ha hecho la Comisión en textos anteriores, la importancia de la migración económica para corregir las carencias europeas de personal cualificado en algunos sectores y el progresivo proceso de envejecimiento de la población de la UE, llamando nuevamente la atención sobre la necesidad de modificar la normativa europea, ya que “la falta de reconocimiento de la preparación y las cualificaciones formales de los nacionales de terceros países que ya residen en la UE y de la posibilidad de transferir sus derechos de seguridad social suponen obstáculos adicionales para aprovechar plenamente esta fuente de mano de obra”. La Comisaria responsable delos asuntos de inmigración de la UE, la sueca Cecilia Malmström también se ha referido recientemente a esta cuestión en un discurso pronunciado en el marco de un reunión sobre los refugiados y la política de inmigración en La Haya, recordando que la población europea disminuirá en un 12 % en 2030 si no hay un crecimiento neto de la inmigración, y que se calcula un déficit entre 380.000 y 750.000 trabajadores de las tecnologías de la información en 2015, y que alrededor de 2.020 el sector de la sanidad puede llegar a tener un déficit de cerca de dos millones de profesionales, concluyendo que “history tells us that countries who remain open and attract the best talent keep pace with their competitors. Those who shut their borders gradually fall behind”.  

También son importantes los datos que el Informe aporta sobre la situación de la población inmigrante en el mercado de trabajo europeo, destacando que su tasa media de ocupación en 2010 era inferior en diez puntos a la de la población total (58,5 y 68,6 %), mientras que, por el contrario, ese porcentaje es “a favor” de la población migrante entre las personas desempleadas (19,4 y 9,3 %). Dificultades añadidas para los inmigrantes se manifiestan con claridad en otras dos cifras: la posible situación de pobreza a la que pudiera verse afectada por la crisis afectaría a un 32,4 % de inmigrantes entre 20 y 64 años, porcentaje sensiblemente inferior, aunque no menos preocupante (15 %) entre toda la población de la misma edad; la tasa de abandono escolar prematuro era del 33 % en 2010 para jóvenes de 18 a 24 años nacionales de terceros países, reducida al 14, 1 % en el conjunto de la población de esa franja de edad.

Por fin, la estimaciones, siempre muy imperfectas, con las que trabaja la UE para saber el número de inmigrantes en situación irregular en territorio europeo (me resisto a utilizar la palabra “ilegales” que sí se usa en el documento ahora analizado), sitúan entre 2 y 4,5 millones el número de personas que no tienen regularizada su situación.   

3. Algo distintos son los datos de la inmigración en los países de la OCDE, según la muy reciente publicación “Perspectivas de la migración internacional 2012”.

A) Pero antes, repasemos brevemente el estudio de 2011, del que cabe destacar que la migración en la zona geográfica que incluye a todos los Estados de dicha organización disminuido en un 7 % en 2009 con respecto al año anterior, y que los primeros datos disponibles para 2010 pusieron de manifiesto que continuaba el descenso de la población inmigrada. Otros datos especialmente relevantes eran los siguientes: la migración laboral de carácter temporal había descendido un 17 % en 2009; por sectores de actividad, los trabajadores de la construcción, del sector financiero y del pequeño comercio se vieron especialmente afectados en sentido negativo, mientras que se produjo un incremento del número de personas inmigrantes que prestan sus servicios en los sectores de educación, salud, cuidados a personas dependientes y en el hogar familiar; los jóvenes, al igual que ha ocurrido en España, han sufrido fuertemente las consecuencias de la crisis, mientras que se produjo un incremento de la participación femenina inmigrante en el mercado de trabajo para intentar compensar las pérdidas de empleo de sus parejas masculinas; en fin, como dato especialmente importante, seguía en aumento el número de estudiantes de terceros países, que alcanzó la cifra de 2,3 millones en 2008 (de ellos un 20 % son originarios de China), calculándose en el estudio de la OCDE que un 25 % permanecerá en el país de acogida y se incorporará al mundo laboral como personal cualificado.

Al objeto de lograr una adecuada gestión de los flujos migratorios, la OCDE recomienda luchar contra los estereotipos y poner en conocimiento de toda la ciudadanía que la población inmigrante está bien integrada, en su mayor parte, en las economías y las sociedades de los países que integran la organización; ampliar la cooperación con los países de origen de la inmigración y también entre los agentes sociales, al objeto de fortalecer los canales de migración regular, reducir el flujo de inmigración clandestina y contribuir al desarrollo económico de los países en desarrollo; reforzar los programas de integración en los países de acogida, considerándolos, y la propuesta me parece muy acertada “como una inversión a largo plazo y no como un coste inmediato”; en fin, dar a todos los ciudadanos la posibilidad de alcanzar resultados favorables en su vida personal y profesional, para lo que se propone facilitar la adquisición de la nacionalidad y llevar a cabo una política que garantice la igualdad de derechos para todas las personas.

B) Del Informede 2012 destaco que los flujos migratorios disminuyeron en 2010 por tercer año consecutivo, aún cuando las primeras, y provisionales, cifras disponibles para 2011 demuestran que ha vuelto a aumentar la inmigración en la mayor parte de los países integrados en la Organización. La migración laboral, aunque sigue siendo importante, ha pasado a representar el 21 % del total, siendo ampliamente superada por la derivada de la reagrupación familiar que ha pasado a ser el 36 % (45 % “si se incluye a los familiares que acompañaban a los trabajadores”), mientras que es menor el peso de aquella que deriva de razones humanitarias. Sigue siendo importante el peso de los estudiantes extranjeros en los países de la OCDE, algo más de un 6 %, destacando muy en especial la presencia de estudiantes de China e India, alrededor del 25 % de la población estudiantil extranjera, que según el Informe “son una fuente importante de migración laboral futura”.

Por países, y con clara demostración de la importancia que tiene en el tablero político y económico mundial, un 10 % de los flujos migratorios hacia la OCDE provienen de China, seguidos de Rumania, India y Polonia (5 % cada uno de ellos, aproximadamente). El Informe destaca la creciente importancia de la inmigración del continente asiático a la OCDE, ya que los migrantes provenientes de Asia “representaron el 17 % de todos los migrantes de más de 15 años de edad en los países de la OCDE a mediados de la década de 2000, y 30 % de los flujos inmigratorios en 2010”.

Por sexos, parece que las mujeres se han visto menos afectadas que los hombres, e incluso que en varios países (España está entre ellos) “un número creciente de mujeres migrantes han tomado empleos para compensar la pérdida de ingresos que padecen los migrantes varones”. Las políticas nacionales son cada vez más selectivas, de tal manera que la crisis ha llevado tanto a un control más estricto de los flujos migratorios como al establecimiento de reglas que incentivan la admisión de trabajadores altamente cualificados y limitan sensiblemente las posibilidades de acceso al empleo de personal con poca cualificación (Gran Bretaña sería un ejemplo bien significativo de esta política). En cualquier caso, es obvio también que la situación económica de cada país influye mucho en la elección del Estado al que se dirige la población migrante, y tal como se afirma en la Introducción del estudio por John P. Martin, “economic conditions in destination countries are a major determinant of the scale of labour migration”.

En fin, respecto a España el Informe 2012 destaca, como no podía ser de otra forma, la drástica disminución de los flujos migratorios permanentes como consecuencia de la crisis económica, de tal manera que se pasa de un incremento de inmigrantes de 7000.000 personas a 300.000 en 2010, una reducción que “corresponde a más de la mitad de la reducción total de flujos migratorios permanentes en el conjunto de la OCDE”, y que en 2001 se produjo una emigración neta positiva (con inclusión tanto de nacionales como extranjeros) “de más de 50.000 personas, frente a una inmigración neta de más de 60.000 en 2.010”.

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